Como viene sucediendo anualmente, cada uno de los 500 diputados federales recibió un total de 18 millones de pesos para obras en sus distritos, como premio por haber aprobado el monto que el gobierno federal podrá gastar para el próximo año.
     Mire usted, tenemos que recordar que legalmente, los diputados federales solo tienen dos funciones:
A) Legislar, o sea, modificar, aprobar o derogar leyes.
B) Aprobar el presupuesto de egresos de la federación, o sea, autorizar la cantidad de dinero que habrá de gastar el presidente de la república, junto con toda la clase política que le acompaña, más los personajes enquistados en los partidos políticos, que son mantenidos con el sudor del trabajo de todos los mexicanos.
     Por eso cada año los diputados cumplen con una de esas dos funciones, aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación, para lo cual se reunieron la semana pasada y por fin aprobaron ese gasto.
     ¿Y qué cree? Pues que los flamantes legisladores, representantes de todos nosotros, terminaron por autorizarle al gobierno federal, un gasto para el 2017 de 4 billones 888 mil 892 millones de pesos, el mayor presupuesto autorizado en la historia de México.
     ¿Entonces en qué quedamos? El gobierno federal anunció hace poco más de dos meses que se apretaría el cinturón, reduciría el gasto público, adelgazaría la nómina de la burocracia federal, pero a la hora de la hora nada de eso sirvió.
     Durante todo el año, los empresarios organizados adheridos a la Concamin, Coparmex y el Consejo Coordinador Empresarial, más los que se acumulen esta semana, estuvieron recomendando al gobierno federal que  redujera el gasto público, a fin de sanear las finanzas y enfrentar dos embates fundamentales, que son la volatilidad del peso y la llegada de Donald Trump al poder gringo.
     Ninguno de esos argumentos fue suficiente para mover las conciencias de los diputados federales del PRI, PAN, PRD, Morena que cumple con su teatro ese de abandonar la sala según ellos inconformes, más la chiquillada representada en todos los partidos satélites del sistema.
     Apreciable e inteligente lector, lamento decirles que no todo termina ahí, porque si cada diputado federal tiene dos tareas fundamentales y una de ellas fue la aprobación de ese presupuesto federal, no tendrían por qué recibir un premio más, pero claro, por agachar la cabeza y decir las dos palabras clave, “si señor”, cada uno recibe 18 millones de presupuesto para gestionar obras municipales o estatales, con lo cual van a ir a sus municipios a presumir que tienen el suficiente poder para hacer obras.
    El año pasado, cuando aprobaron el Presupuesto de egresos 2016, recibieron 20 millones de pesos cada uno y eso, nos guste o no, es un premio para que los 500 diputados vayan a hacer roncha política con sus partidos, jugar con el voto ciudadano, malgastar el dinero, lucrar con el dolor ajeno y gastar el recursos que empresarios y trabajadores de México generamos, esa es la triste verdad.
     Por eso les debo recordar, la clase política no siente el mismo dolor que el ciudadano común, no padece las mismas penurias, están refugiados y protegidos en sus respectivos partidos, no están a favor de luchar contra la corrupción porque entonces ellos mismos tendrían que meterse a la cárcel, los políticos, los partidos y sus gobernantes viven bien y no tienen ningún motivo para cambiar.
     Cuando esa clase política esté en condiciones de retirarse, entonces vendrán sus hijos y sus amigos para seguir medrando con el país, mientras usted y yo solo nos quedamos mirando.
¿Y CUANTO GANA UN DIPUTADO?
    Para la jodida y mediocre chamba que tienen, cada diputado gana poco más de 200 mil pesos de salario mensual, súmele usted 50 mil pesos dizque para mantener una casa de enlace, pagar salarios a unos achichincles y dar apoyos a pedinches, seguro de gastos médicos en México o en el extranjero, tratamientos estéticos para bajar la timba, viajes y boletos de avión a casa, todo eso como para que nos salgan que no pudieron decirle al maquillando del Meade que redujera el gasto de los funcionarios. ¿Ta cañón no?
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